
PERIODISMO & ÉTICA.
Por Rafael Rodríguez-Jaraba.
Cuando mi trabajo me lo permite, escucho La W, leo Semana y veo
CM&. Lo hago con atención y extrema objetividad, y me resulta fácil e
inequívoco advertir la parcialidad editorial de estos medios y la de la mayoría
de sus periodistas; así como el ánimo solapado de desestabilizar el Gobierno del
Presidente Iván Duque, de desprestigiar y estigmatizar al Presidente Álvaro
Uribe Vélez y de proteger y encubrir el corrupto desgobierno de Juan Manuel
Santos, olvidando que el Premio Nobel de Barro no tiene memoria y no sabe de
lealtad y agradecimiento.
También debo señalar, que algunas veces, los periodistas de estos
medios, de manera intencional, se muestran objetivos e imparciales para
confundir a despistados, incautos e ingenuos. Pero cada día, y sin prisa y sin
pausa, esta hipócrita estrategia viene siendo entendida por la nación, y por
eso, La W, Semana y CM& gradualmente pierden credibilidad y audiencia. Es
probable que en La W, Semana y CM&, añoren los edulcorantes que recibían de
la perversa paz con impunidad de Santos.
Es claro, que el inexcusable desafuero cometido esta semana por Yamid
Amat, Director de CM&, merece enérgico reproche, repudio y condena, y que
es evidencia cierta de falta de ética y de la velada parcialidad y del sesgo a
que el Gobierno Santos acostumbró a la mayoría de los medios.
Sobrecoge, que para La W, Semana y CM&, merece mayor despliegue
las noticias de la banda narcoterrorista de las Farc y de la espuria y mal
llamada JEP, que el desacuerdo leal, frontal y mayoritario de los colombianos
con el modelo de Paz con Impunidad de Santos; perverso modelo, que burló
víctimas, desconoció la voluntad popular, violentó el orden constitucional y
fracturó el orden legal.
Tan solo falta ver, el descaro, el desacato y la mofa a la JEP por
parte de los cabecillas del movimiento criminal -de nuevo prohijados por el
agonizante régimen de Maduro-, para corroborar la cínica y vergonzosa impunidad
entronizada mediante los Acuerdos de La Habana.
Como Abogado, Conjuez, Árbitro, Autor y Profesor Universitario, no he
conocido un tribunal más mal habido, ilegítimo e ilegal, que el esperpento de
la JEP. Como tampoco conozco una mayor trampa al orden constitucional, que el
engendro del Fast Track por ser abiertamente ilegal y violatorio de artículo
374 de la Carta.
La historia será severa e implacable con los desmanes, los
despropósitos y los desvaríos de Juan Manuel Santos, así como con sus cómplices
y corifeos, entre ellos, venales y utilitaristas contratistas y periodistas.
La paz es un bien inestimable anhelado por todos que a nadie le
pertenece, que no puede servir de mercancía política ni de pasaporte a la
impunidad. Su consecución merece los mejores esfuerzos y sacrificios, pero sin
llegar a quebrantar el orden social y legal, pervirtiendo aún más nuestra débil
y perfectible democracia.
Así como no conozco amigos de la guerra, tampoco conozco enemigos de
la paz; por eso considero falso, perverso y malintencionado, afirmar, que todo
aquel que no esté dispuesto a aceptar o apoyar el modelo de paz con impunidad
de Santos, es amigo de la guerra y enemigo de la paz.
Quienes así lo manifiestan, maltratan e irrespetan a la inmensa
mayoría de colombianos que no están dispuestos a premiar las fechorías y los
delitos de lesa humanidad cometidos por la millonaria banda narcoterrorista de
las Farc.
© 2019. Rafael Rodríguez-Jaraba.